La idea del fabricante Canon, cuya patente tiene fecha del 31 de enero de este mismo año, es que con ayuda de un
lector biométrico, al hacer una foto con el visor, un escáner se encargaría de indentificar inequívocamente nuestro
iris y asignar una
marca de agua a esa fotografía, en la que constaría lógicamente la autoría de la misma.
La cámara sería la que incrustaría pues esa marca de agua y lo podría hacer con ayuda de un nuevo modo en el aparato. El sistema valdría para identificar hasta a cinco usuarios de la cámara.
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